Apuntes de Lectura comprensiva

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ApunteLecturaComprensiva

Cursada: 16 hs

Examen: 4 hs

Total: 20 hs

Apunte Lectura comprensiva

Profesor/a: Adriana Kravacek

10/1/2024

Escrito por: Felipe Arce

Lectura Comprensiva

Imagen de chico leyendo

Expectativas De logro

  • Reconocimiento de la importancia del método hermeneútico en lectura comprensiva.
  • Poner de manifiesto los procesos metacognitivos de lectura y escritura.

Objetivos de la Materia

  • Entender la lectura comprensiva como intrinseca al proceso de aprendizaje
  • Relacionar la explicación y la argumentación como parte de la comprensión.
  • Aplicar instrumentalmente los conocimientos adquiridos a diferentes tipos textuales.
  • Valorar la lectura comprensiva como una habilidad básica para desempeñarse satisfactoriamente a lo largo de toda su carrera

Contenidos conceptuales (POR CLASE)

  1. CLASE 1

Texto y discurso; elementos paratextuales: portada, índice, apéndices , notas al píe , bibliografia y citas . Técnica de lectura , síntesis, resumen (subrayado), parafraseado. Ejercitación sobre textos de trama más simple (narrativa, descriptiva). Uso del diccionario.

  1. CLASE 2

Estrategias argumentativas: ejemplos, analogías ,reformulaciones, citas de autoridad, pregunta crítica. Ejercitación de técnicas de lectura sobre la trama argumentativa. Ideas centrales y periféricas. Uso del diccionario.

  1. CLASE 3

Estrategias expositivo-explicativas: en serie, secuencia comparativa, problema-solución, la definición , la analogía, la ejemplificación. Ejercitación de técnicas de lectura sobre la trama expositivo-explicativa. Cuadro sinóptico . Uso de diccionario.

  1. CLASE 4

Examen

Metodología

Se trabajará con el presente cuadernillo de material teórico y de textos para la ejercitación. Se buscará minimizar la exposición teórica utilizando una metodología activa. Se propondrán trabajos de práctica domiciliaria. Se anexará material teórico tendiente a favorecer el trabajo del alumno.

  • Nota : Las citas bibliográficas se completaran oportunamente en las clases.

El texto y el discurso

Personaje de anime leyendo

TEXTO

Un texto es el resultado de la codificación lingüística de un mensaje. Como tal, un texto puede estar conformado por una oración o un conjunto de oraciones cuyos componentes establecen una particular relación entre sí. Es decir, un texto no es una mera serie de oraciones yuxtapuestas, ni la suma de sus significados, sino una compleja red de estructuras dadas en diferentes niveles interrelacionados que posee un sentido global. Asimismo, un texto está formado por reglas, que pertenecen a los órdenes sintáctico, semántico y pragmático. En este sentido, para que un conjunto de elementos lingüísticos conformen un texto deben establecer entre sí una relación de cohesión y de coherencia.

DISCURSO

El término discurso no tiene un significado totalmente unívoco. Se lo ha asimilado tanto al concepto de texto como al de enunciado, pero nosotros adoptaremos la postura que sostiene que el discurso es el resultado de la suma de un texto o enunciado y su situación de enunciación o situación comunicativa. Es decir, un discurso es lenguaje puesto en acción, un texto que ha adoptado una modalidad en una situación comunicativa particular. Consideramos el discurso como un sistema de significación complejo cuyas distintas articulaciones, y no sus partes por separado, producen sentido. De esta forma, el concepto de discurso incorpora -con respecto al de texto y al de enunciado- una dimensión social e ideológica, ya que las situaciones comunicativas son siempre sociales y la ideología es una componente insoslayable de toda comunicación.

Esta dimensión social y contextualizada del concepto del discurso permite hacer una categorización de los tipos de discurso que circulan en una sociedad y de las características de cada uno.

Tipologías según distintos criterios

Es común oír hablar de discurso cotidianamente acompañado de calificativos tales como: periodístico, publicitario, apelativo político, científico, narrativo, literario, etc. En realidad, estos calificativos responden a taxonomías formuladas según distintos criterios. Cabe indicar que toda taxonomía o clasificación sobre fenómenos del lenguaje, dada su complejidad, resulta siempre incompleta. Pero es importante saber que cada una de ellas nos aporta un camino de entrada no excluyente para el análisis de los distintos discursos que se nos presentan en nuestra vida cotidiana y académica.

Algunas posibles taxonomías son:

Según las funciones del lenguaje: discurso informativo(ó referencial),discurso apelativo, discurso expresivo, discurso poético, discurso metalingüístico (o metalenguaje), discurso fático.

Según su base textual: discurso narrativo, discurso descriptivo, discurso expositivo(o explicativo), discurso argumentativo, discurso instruccional(o directivo).

Según su diagramación: discurso en prosa, discurso en verso, discurso dialogal.

Según su relación con el referente: discurso ficcional, discurso no ficcional.

Según su relación con una institución: discurso histórico, discurso científico, discurso literario, discurso periodístico, discurso jurídico, discurso didáctico, etc.

Según el canal utilizado: discurso escrito, discurso oral.

Según las condiciones de elaboración: discurso espontáneo, discurso elaborado. Cuando nos enfrentamos a un discurso determinado , comprobamos que estas taxonomías se entrecruzan. Por ejemplo:

  1. El discurso de los manuales de historia: Según las funciones del lenguaje, es un discurso informativo; según su base textual, fundamentalmente narrativo, pero también expositivo; según su diagramación, en prosa; según su relación con el referente, no ficcional; según su relación con una institución, histórico y didáctico; según el canal utilizado, escrito; y según las condiciones de elaboración, elaborado.

  2. El discurso de la novela: Según las funciones del lenguaje, es un discurso poético pero con una función relevante informativa; según su base textual, fundamentalmente narrativo, aunque suele incluir descripciones; según su diagramación, en prosa, pero también frecuentemente incluye diálogos y menos habitualmente versos; según su base textual, fundamentalmente narrativo, aunque suele incluir descripciones; según su diagramación, en prosa, pero también frecuentemente incluye diálogos y menos habitualmente versos; según su relación con el referente, ficcional; según su relación con una institución, literario; según el canal utilizado, escrito; y según las condiciones de elaboración, elaborado.

  3. El discurso de la crónica periodística: según las funciones del lenguaje, es un discurso informativo; según su base textual, fundamentalmente narrativo; según su diagramación, en prosa y en diálogo; según su relación con el referente, no ficcional; según su relación con una institución, periodístico y en algún caso, histórico; según el canal utilizado, escrito u oral; y según las condiciones de elaboración, elaborado.

  4. El discurso publicitario: según las funciones del lenguaje, es un discurso apelativo que hace uso de recursos poéticos; según su base textual, fundamentalmente argumentativo y descriptivo; según su relación con el referente, no ficcional; según el canal utilizado, escrito u oral; según las condiciones de elaboración, elaborado; y, tanto su diagramación como su relación con una institución no son relevantes para su clasificación.

Como podemos observar, los discursos reales se clasifican bajo varios criterios, ya que uno solo de ellos no da cuenta de todas sus características. Por otra parte, un solo criterio no es suficiente para la diferenciación de distintos discursos. Un tercer factor a tener en cuenta es que estos criterios no son ‘rígidos’, ya que pueden manifestarse en distintos grados. Además, cabe aclarar que la lista de criterios puede extenderse, como de hecho ha sucedido.

Debemos señalar también que, según se analice el momento de producción o uno de los momentos de recepción de un discurso, cambiará su clasificación. Por ejemplo, las crónicas de la conquista de América, en el momento de su producción, eran en general diarios de viajeros. Hoy en día se las considera dentro del corpus de la literatura. Otro caso similar es el de los cantares de gesta medievales: en su contexto de producción se consideraban discursos históricos; hoy en día se los clasifica como literarios.

El proceso de la comunicación

(Circuito comunicacional)

Esquema Roman Jakobson

Para comprender cómo es este proceso, partiremos del esquema planteado por Roman Jakobson (en 1960), que muestra que en todo proceso comunicativo intervienen seis factores, a saber:

ViaDescripción

Emisor

Individuo o institución que inicia el proceso codificando un mensaje

Mensaje

Lo que se comunica

Receptor

Individuo/s que codifica/n el mensaje.

Código

El sistema de signos utilizado para codificar el mensaje.

Canal

El medio fisico a través del cual se transmite el mensaje.(Jakobson hace referencia también al definir el factor “contacto”, a la conexión psicológica entre el emisor y el receptor que les permite establecer comunicación )

Es importante observar que este circuito se pone en funcionamiento en todo tipo de comunicación, tanto verbal (lingüística), como icónica o de otro tipo, siendo la situación comunicativa la que generalmente determina cómo jugarán su papel los factores intervinientes en el proceso comunicativo.

Por ejemplo, si dos individuos desean comunicarse y no comparten el mismo código lingüístico, intentarán una comunicación por medio de gestos. O bien, si están a una distancia relativa, aún compartiendo la misma lengua, si el medio físico se lo impidiera (están a una distancia de 100m de cada orilla de un río), no podrán comunicarse sino por señas.

Imagen mirando un mismo numero 69 uno de arriba y otro de abajo

A la vez, no toda situación comunicativa permite el establecimiento del diálogo (alternancia de la condición emisor ~ receptor) de manera simultánea. Si tomamos para ello el ejemplo del proceso comunicativo que se pone en marcha en una emisión de televisión, v.g. en un programa periodístico de opinión, veremos también cómo aquí es el factor “canal” el que juega un papel preponderante, de modo que si se quisiera entablar un diálogo con el conductor del programa se debería cambiar de “canal” (la T.V. por el teléfono).

Del mismo modo, las particularidades del emisor o del receptor pueden determinar la elección del código a utilizar para lograr la comunicación; v.g., un periódico codificado en sistema Braille, o un programa de T.V. realizado con la utilización del lenguaje para sordomudos; al mismo tiempo veremos cómo las particularidades del emisor o del receptor determinan también el canal a utilizar (la ceguera impide ver T.V.; la sordomudez impide comunicarse por radio o por teléfono).

Por último, es necesario señalar que el factor “referente” juega un papel muy importante en el proceso comunicativo, es decir que así como, para que se establezca comunicación, es necesario que emisor y receptor compartan el mismo código, también es imprescindible que compartan lo que podríamos denominar el mismo “código referencial”, esto es, que la temática y la forma de desarrollarla estén al alcance de las posibilidades de comprensión del posible receptor del mensaje (no es lo mismo un texto de Biología para un niño de 10 años que para un joven de 17).

Vemos así que el proceso de la comunicación es un fenómeno muy complejo. De ahí que estudios más recientes sobre el tema, como los de Catherine Kerbrat-Orecchioni, hayan reformulado el clásico esquema. Se ha avanzado más allá del marco establecido por Jakobson, considerando el proceso comunicativo y admitiendo que el mismo sigue siendo un simple esquema que solo amplía el anterior.

La reformulación del esquema de la comunicación

Esquema de la comunicacion , codificación y decodificación

Competencia: conjunto de conocimientos implícitos que un individuo tiene para la ejecución de algo.

Competencia lingüística: la suma de todas las posibilidades lingüísticas de un sujeto, la totalidad de lo que es capaz de codificar y decodificar lingüísticamente. Kerbrat-Orecchioni plantea que, al menos en la comunicación oral, dicha competencia no puede disociarse de la competencia paralingüística (mímica, gestos), ya que hablar es “proceder a la selección de las diversas categorías de apoyos formales de la comunicación (lengua, gesto, mímica…), privilegiando uno de los sistemas semióticos en detrimento de los otros, usarlos alternativamente (una mirada en lugar de una palabra) o en co-ocurrencia (el gesto facial y corporal acompañando a la misma)“.

Competencias culturales: conjunto de conocimientos implícitos que un sujeto tiene del mundo, de sí y de los otros.

Competencias ideológicas: conjunto de los sistemas de interpretación y de evaluación y/o de valoración del universo referencial.

Modelos de Producción y de Interpretación: Conjunto de las reglas generales que rigen los procesos de codificación y decodificación, las cuales son puestas en funcionamiento por los sujetos emisor y receptor, movilizando para un acto enunciativo concreto el conjunto de conocimientos que conforman su competencia lingüística.

Restricciones del universo del discurso: filtros que limitan las posibilidades de elección y que dependen de:

  1. condiciones concretas de la comunicación (situación comunicativa).
  2. características temáticas y retóricas del discurso, es decir, en términos generales, las restricciones del género. (limitaciones estilístico-temáticas).

“Por ejemplo, para analizar al discurso de un profesor de lingüística, hay que tener en cuenta”:

  1. La naturaleza particular del locutor (donde entran en juego numerosos parametros}; la naturaleza de los alocutarios (su número , su edad, su “nivel”, su comportamiento); la organización material, politica y social del espacio en que se instala la relacin didactica, etc.
  2. El hecho de que se trata de un discurso que obedece a las siguientes restricciones: discurso didáctico(restricción de género) que se refiere al lenguaje (restricción temática).

Determinaciones Psicológicas: están constituidas por todo el universo afectivo que entre en juego en la situación comunicativa concreta, tanto en la codificación como en la decodificación del mensaje , es decir , en las instancies emisora y receptora del circuito comunicacional. Ellas pueden tener incidencia, por ejemplo, en las competencias de los sujetes intervinientes en un acto comunicativo concreto. Pensemos en una situación de examen, en la que factores psicológicos como la inseguridad, el temor , el excesivo respeto hacia el receptor (de un alumno, un entrevistado) pueden determinar la desaprobación del mismo respecto de las instancias emisora y receptora podemos destacar su complejidad viendo cómo el emisor puede ser simple (un solo sujeto enunciador) o complejo (mensajes institucionales, la publicidad, el hecho teatral).

En cuanto al receptor, éste puede ser alocutario (o destinatario directo) o no alocutario, que a su vez puede Clasificarse en destinatario indirecto (previsto por el alocutor) y en receptor adicional (no previsto por el alocutor). El receptor puede ser también real, virtual o ficcional. (El lector virtual se convierte en ficcional cuando le son otorgados los poderes de un ser “real”, como el don de Ia palabra, y dialoga con el emisor).

El resumen y la síntesis

Imagen de un libro siendo subrayado con un marcador

Es muy común la utilización de los vocablos resumen y síntesis como sinónimos, en realidad , no lo son. El resumen consiste en la reconstrucción y reelaboración del significado de un texto en forma breve que el original.

Se emplea como modalidad de estudio para registrar lo esencial de un texto o de un artículo, también, en las solapas de los libros o en el copete de una noticia. En este caso, su función consiste en anticipar el contenido e invitar a la lectura, guiar la interpretación y organizar la información compleja. Como estrategia de estudio - lo mismo que en la toma de apuntes o el subrayado- será necesaria la comprensión global del texto para luego poner en juego las operaciones que el resumen supone. Estas son:

  1. Supresión: Se suprimen los elementos redundantes o irrelevantes.
  2. Selección: Se jerarquizan las ideas y se evalúa cuáles son las indispensables
  3. Generalización: Se sustituyen varios elementos por un concepto más general o mas abstracto.
  4. Construcción: a partir de la información explícita se deduce información nueva.

En estas operaciones se ven involucradas tanto la lectura, como la escritura, ya que por una lado es indispensable construir el significado del texto y por otro, elaborar un texto nuevo que tenga coherencia.

En cuanto a la síntesis, se trata de construir el significado global del texto y luego reeelaborarlo en forma personal y valorativa. EL trabajo que se realiza involucra la argumentación, ya que se trata de dar una opinión propia sobre el tema.

El subrayado

Imagen de un texto siendo subrayado con un marcador rojo

Un texto puede subrayarse para destacar las frases o párrafos que llaman la atención a medida que se lee, o bien para resumir lo que se considera útil o importante para incorporar en la investigación o trabajo que se estuviera realizando.

Es siempre oportuno hacer primero una lectura completa del capítulo o del apartado que abarque un tema o subtema y proceder luego al subrayado cuando se tenga una idea general del texto.

Como en el caso de la toma de apuntes, se trata de jerarquizar y seleccionar las ideas que puedan organizar el significado, razón por la cual la comprensión global es indispensable.

A veces, puede resultar útil hacer anotaciones en los márgenes acerca de lo que se lee o resumir las propias ideas sobre el tema. No olvidemos que una parte del significado del texto no está explícitado, dicho, sino que debe inferirse, es decir, ser descubierto.

La toma de Apuntes

Persona tomando apuntes

Tanto en una clase o en una conferencia como frente a una película o una emisión televisiva, puede resultar útil tomar nota de aquellas ideas o datos que respondan a algún tema que nos interese. Las tendencias habituales al realizar esta tarea son dos:

  1. Tratar de apuntar todo lo que el orador dice: Sin duda, esta modalidad provoca que se pierda el hilo de la exposición, las frases quedan inconclusas y resulta difícil reconstruir el significado del texto.

  2. Anotar sólo los títulos y subtítulos que son el eje de la coherencia del texto. Con este procedimiento se pierde la información central que haría posible comprender la exposición.

Para ir más allá de estas dos posibilidades y para que la toma de apuntes resulte efectiva, hay que considerar el texto que se apunta como un resumen de lo que se escucha; por lo tanto, primero hay que comprender las ideas expuestas, luego jerarquizarlas y después seleccionar las necesarias para construir su significado. Este procedimiento debe llevarse a cabo de forma rápida, simultáneamente con la exposición, por lo cual requiere entrenamiento y también cierto conocimiento del tema en cuestión.

Por último, puede agregarse que en la toma de apuntes muchos estudiantes desarrollan un código propio para abreviar las palabras más frecuentes. Es preciso aclarar que estas abreviaturas, válidas en los textos de uso personal como los apuntes o las notas, no deben ser incorporadas a otros textos formales y de circulación social como cartas, informes, etc.

La bibliografia

La bibliografía está compuesta por la referencia bibliográfica de los libros, artículos, documentos, etc., consultados al elaborar un trabajo de investigación, hayan sido citados a lo largo del texto o no. Si no es muy extensa, puede ubicarse al final del trabajo. Cuando se trata de una monografía de gran envergadura, suele consignarse, además, la bibliografía correspondiente al final de cada capítulo.

La forma de organizarla varía según las necesidades: puede hacerse por orden alfabético, ordenando de esta manera los apellidos de los autores, dividiéndola por temas, determinando cuáles son los fundamentales y agrupando por orden alfabético a los autores de cada uno, o bien clasificarla por tipos de documentos: libros, leyes, cartas, etc.

Citas y notas AL Pie

Una monografía se nutre de una gran variedad de materiales escritos que deben ser citados según las normas en uso. En líneas generales, los textos consultados se pueden parafrasear, es decir, explicar o ampliar. También en este caso debe citarse la fuente.

Toda vez que se transcriba literalmente una frase de otro autor, debe consignarse la correspondiente referencia bibliográfica. Si la cita fuera breve, puede aparecer a lo largo del texto entre comillas. En caso de citas extensas, conviene destacarlas de alguna manera, por ejemplo, usando un margen izquierdo más amplio o mediante bastardillas.

En cuanto al uso de las notas, conviene recordar los más frecuentes:

  • Indican la referencia bibliográfica de una cita. Aunque hemos señalado que hay otras maneras de dar esta indicación dentro del texto, es conveniente que figuren a pie de página o al final del capítulo para que el lector ubique rápidamente los datos que le interesen.
  • Agregan datos sobre bibliografía complementaria. También conviene registrarlas a pie de página.
  • Remiten a otras partes del trabajo. Cuando es necesario consultar otro capítulo u otra sección del mismo capítulo, el señalamiento se hace mediante una nota al pie.
  • Amplían una afirmación. Para no recargar el texto con explicaciones o argumentos secundarios, se los desarrolla a pie de página.

En todos los casos, las notas no deberán ser extensas porque de otra manera se constituirían en apéndices, es decir, textos que, en forma de anexos relacionados con el tema central, se desarrollan al final de un capítulo.

Macroestuctura

Al usar términos como ‘asunto’, ‘resultado’, e ‘idea general’ de lo que se ‘dijo’, nos enfrentamos a alguna propiedad del significado o del contenido del discurso. La macroestructura, según la definiera Van Dijk, da cuenta del contenido global de un discurso y puede encontrarse explícita o implícita en un texto. La microestructura, por otra parte y según el mismo autor, denota la estructura global de un discurso, es decir, la estructura de las oraciones y las relaciones de cohesión y de coherencia entre ellas.

Ahora bien, un discurso es coherente solo si es coherente a un nivel más global. El sentido global de un discurso depende de la secuencia proposicional que subyace al discurso. Así, hay que definir el tema del discurso en términos de proposiciones. Como estas proposiciones forman parte de la macroestructura, las llamaremos macroproposiciones. Esto no quiere decir que sean un tipo particular de proposición sino solo que pertenecen a la microestructura de un discurso y como tales definen el tema o asunto.

Así es que el vínculo entre microestructura y macroestructura debe ser una relación particular entre dos secuencias de proposiciones, es decir, en términos técnicos, una proyección semántica. A las reglas de proyección semántica las llamaremos macrorreglas. Estas hacen explícita la manera en que se puede derivar el tema o asunto de un discurso, por lo menos en la semántica.

Nuestro conocimiento del uso de la lengua nos dice también que un discurso no tiene un solo tema o asunto sino más bien una secuencia de tomas o acuntes que se expresan también en un resumen del discurso. Esto hace que sea posible reconocer temas aún más globales, de manera que se obtienen varios niveles de macroestructura, cada uno derivado del nivel inmediatamente inferior, por las mismas macrorreglas. De hecho, entonces, es posible tener un tema de un párrafo, de una página o de un capítulo, así como de un libro entero, según el nivel de globalidad que se escoja para caracterizar el contenido del discurso.

macrorreglas

Las macrorreglas son las reglas que permiten la proyección semántica que vincule las proposiciones de la macroestructura con las proposiciones de la microestructura. Se llaman macrorreglas porque son las que en sí mismas producen las macroestructuras textuales. De alguna manera tienen que reducir la información semántica: reducen una secuencia de varias proposiciones a unas pocas o, incluso, a una sola. Esta clase de reducción de información es necesaria para poder comprender, almacenar y reproducir discursos. También es característica de las macrorreglas su naturaleza organizadora (así como la progresión temática constituye la red de orientación de un discurso).

Las diversas macrorreglas que establece Van Dijk son las siguientes:

Supresión: Dada una secuencia de proposiciones, las que no sean proposiciones derivadas de las proposiciones subsiguientes de la secuencia se suprimen. Ejemplos:

  • San Nicolás es una ciudad pequeña. San Nicolás es una ciudad (en este caso, la información suprimida se pierde).

  • Buenos Aires es una ciudad que tiene tiendas. B.A. tiene fábricas. Buenos Aires es una ciudad (en este caso, la información suprimida podría recuperarse inductivamente).

Generalización: Dada una secuencia de proposiciones, se hace una proposición que contenga un concepto derivado de los conceptos de la secuencia de proposiciones y la proposición así obtenida sustituye a la secuencia original. Ejemplo:

  • Compré una pelota. Luego compré una muñeca. Compré juguetes.

Construcción: Dada una secuencia de proposiciones, se hace una proposición que denote el mismo hecho denotado por la totalidad de la secuencia de proposiciones y se sustituye la secuencia original por la nueva proposición. Ejemplo:

  • Compré ladrillos y cemento; coloqué los cimientos; erigí muros. Construí una casa.

La primera regla nos dice que solo las proposiciones que son textualmente pertinentes, en el sentido que desempeñan un papel en la interpretación de otras oraciones, deben figurar en la descripción de la macroestructura. Las proposiciones suprimidas denotan lo que se llama los detalles del cuanto. Estos detalles no son importantes semánticamente para el sentido global o para el tema del discurso. Por otra parte, el tipo de discurso determina la aplicación de las macrorreglas.

Lo importante en un cuento puede ser impertinente en un protocolo policial que relate los mismos eventos. La segunda macrorregla, la generalización, nos permite emplear nombres como superconjuntos de varios conjuntos, procedimiento que posibilita construir una proposición en la que se expresa el tema. Tales oraciones se llaman oraciones temáticas o tópicas. Su función es señalar el probable tema del resto del discurso. Una de las condiciones de la generalización es que debe ser mínima: no se toman conceptos generales arbitrariamente sino conceptos inmediatos (en nuestro ejemplo, no podríamos haber reemplazado la lista ‘pelota, muñeca, cochecito’ por la palabra ‘objetos’).

La restricción más general en cuanto a ésta y otras macrorreglas es que no se puede suprimir información de la que se inferirá otra información necesaria para la interpretación del resto del discurso. La información eliminada, tanto en la supresión del primer tipo como en la generalización, es irrecuperable. Las macroestructuras obtenidas de esta manera definen un conjunto de discursos posibles, es decir, de todos los discursos que tienen un mismo tema global.

Con la tercera regla, la construcción, derivamos una proposición que implícitamente contiene la información abstraída en la aplicación de la regla, porque ella forma parte de nuestro conocimiento del mundo. Esta regla nos permite suprimir únicamente aquellos detalles que pertenezcan convencionalmente al episodio de la acción global.

Una macroestructura derivada por medio de macrorreglas es una secuencia de proposiciones. Tal secuencia debe ser coherente satisfaciendo las condiciones normales de la coherencia lineal. Si es posible construir macroproposiciones más generales, podemos volver a aplicar las macrorreglas y construir una macroestructura de más alto nivel.

En cuanto al orden en la aplicación de las macrorreglas, deben considerarse los siguientes aspectos. Para la construcción, se requieren todos los detalles para obtener una macroproposición, por ello, tal vez, se debiera aplicar esta regla primero. Después la supresión, para eliminar aquellos detalles que ya no son pertinentes para el resto del discurso, pero que pueden ser incluidos en una proposición generalizada. Y si se requiere resumir aún más, se aplicará la regla de la generalización. Van Dijk

Macrorreglas y progresión temática

La macroestructura de un texto debe necesariamente construirse sobre cualquiera de los tipos de progresión temática a excepcién de la de salto tematico.

Resumen de textos explicativos

El resumen puede ser concebido como una operación particular que efectúa el receptor sobre un texto fuente y que da por resultado un texto de menor extensión que respeta el orden macroproposicional del primero. Es decir, el resumen es la exposición de la macroestructura de un texto primero en un texto segundo más breve que no altera el ordenamiento conceptual del primero. Pero cabe destacar que distintos tipos de texto exigen diferentes operaciones para hallar la macroestructura, es decir, no siempre las mismas estrategias de resumen sirven para cualquier tipo de texto.

En el caso de los textos expositivos o explicativos, existen estrategias precisas. Debemos recordar que un texto explicativo se construye a partir de la ‘expansión’ de determinados nudos conceptuales o temáticos y que, en consecuencia, es fundamentalmente una estructura recursiva. Es decir, para llevar adelante la explicación de un obstáculo, se utilizan distintas formas explicativas que se encuentran al servicio de la ‘expansión’ del mismo nudo temático.

Podemos decir entonces que un resumen de este tipo de texto implicará ejercer sobre los mismos una operación inversa a la utilizada para su construcción. Para ello, deberán jerarquizarse las formas explicativas, ya que si diferentes formas explicativas en un texto expositivo están al servicio de la explicación del mismo obstáculo, es obvio que podrán seleccionarse algunas de esas formas como expresión macroproposicional explícita de otras formas. Una Primera jerarquización posible es:

  1. Definición.
  2. Descripción.
  3. Enumeración.

Esta jerarquización no es arbitraria, sino que se funda en las macrorreglas definidas por Van Dijk. Así podemos observar que la definición es el resultado de aplicar las macrorreglas de supresión y de construcción a las descripciones, y que estas últimas son el resultado de aplicar las macrorreglas de generalización y construcción a las enumeraciones.

En este caso, el comienzo de oración con minúscula no se debe a un error tipográfico o a un desconocimiento de la convención, sino a que hemos optado por respetar la norma relativa a los nombres propios encabezados por proposición en minúscula. Otra jerarquización posible es:

  1. Establecimiento de relaciones de causa-efecto.
  2. Establacimiento de relaciones analógicas.

En este caso, podemos sostener que el establecimiento de relaciones causa-efecto es el resultado de aplicar las macrorreglas de generalización y de construcción sobre las ralaciones analógicas fijadas. Estas jerarquizaciones nos permiten seleccionar, entre dos formas explicativas usadas en un texto, una de ellas, siempre que la seleccionada constituya el resultado de una macro-operacin presente en el texto fuente. Por otra parte, ya que en los textos expositivos las macroproposiciones estan explicitas, la escritura personal del autor del resumen, en este caso, tiene poca incidencia.

bases textuales

Las bases textuales son unidades estructurales elegibles como inicio de texto, parte de un léxico potencial que tiene la extensión de un grupo de palabras (sobre todo en títulos manifestados concretamente) o de oraciones o unidades más amplias (párrafos, secciones como la Introducción, etc.) y que pueden ser desplegados en textos a través de secuencias sucesivas. En tanto estas bases textuales estructurales se realizan en textos concretos con palabras que tienen referencia y que, por lo tanto, se refieren a determinados aspectos del modelo de realidad común del hablante y oyente, representan bases temáticas.

Las bases textuales de los textos pueden reducirse a cinco modelos básicos: descriptiva, narrativa, expositiva, argumentativa y directiva. Pero debe tenerse en cuenta que un texto no necesariamente se construye sobre una sola base textual, sino que existe una base textual dominante, la cual prevalece sobre las otras. Una estructuración textual es dominante cuando es el resultado de una formación secuencial que despliega o desarrolla un iniciador textual (fundamentalmente título e introducción).

Base descriptiva

La base temática textual denominada “descriptiva” es aquella que los hablantes eligen para expresar ocurrencias y cambios en el espacio, sin manifestar cambios temporales. En castellano, en general, se utilizan oraciones unimembres con verbos que no indican un cambio temporal, junto con adverbios de lugar o construcciones locativas. A la oración típica de esta base temática textual se la llamará “oración registradora de fenómenos”. Ejemplo:

  • “Habia miles de vasos sobre la mesa”.

Las textos descriptivos serán aquellos cuya base textual dominante sea la descriptiva.

Base Narrativa

La base textual temática narrativa es la seleccionada por los hablantes para expresar textos sobre la ocurrencia y cambios en el tiempo. Se establece un marco referencial temporal en el que los objetos, agentes y fenómenos referidos por el sujeto gramatical de la oración son presentados como cambiantes y activos.

A la oración típica de esta base textual temática se la denominará oración denotadora de cambios o acciones. Ejemplo:

  • “Los pasajeros aterrizaron en Buenos Aires en medio de la noche.”

Los textos narrativos serán aquellos cuya base textual dominante sea la narrativa.

Base expositiva (O Explicativa)

La base textual temática expositiva se elige para expresiones textuales sobre la descomposición (expresión analítica) o composición (exposición sintética) de representaciones conceptuales del hablante. En las exposiciones analíticas suelen utilizarse formas típicas como “x consiste en y”, “x contiene a y”, “x comprende a y”. A la oración típica de este tipo de exposición se la denomina oración identificadora de fenómenos. Ejemplo:

  • El cerebro tiene diez millones de neuronas (exposición analítica).

Por otra parte, en las exposiciones sintéticas suelen aparecer verbos que se refieren al concepto de ‘definición’, como “ser”, “llamarse”, “definirse”, “referirse a”. A la oración típica de este segundo tipo de exposición se la llama oración enlazadora de fenómenos. Ejemplo:

  • Una parte del cerebro es la corteza (exposición sintética).

Nos referiremos como texto expositivo a aquel que presenta una base textual expositiva dominante.

Base argumentativa

La base textual temática argumentativa es la que se elige para expresiones textuales que crean relaciones entre conceptos o afirmaciones del hablante. En general, se presenta una atribución de cualidades a un concepto o afirmación. Es por eso que la oración tipica de esta base temática textual se la denomina oración atributiva de cualidad(opinión). Ejemplo:

  • No es lógico que aún subsistan ciertas formas de discriminación de la mujer. Un texto argumentativo será aquel que se estructure a partir de una base argumentativa, es decir aquel que presente una base textual argumentativa dominante.

Base Directiva(o Instructiva)

La base textual temática directiva se elige para expresiones textuales que deben valer como indicaciones de acciones para el comportamiento futuro del hablante o del destinatario. En general se utilizan verbos en imperativo o verbos modales del tipo deber, tener que , etc. A la oración tipica de esta base temática textual se la llama oración exigidora de acción. Ejemplo:

  • “Detenerse, tenemos que ir.” Un texto directivo será aquel que presente una base textual directiva dominante

La explicación-Exposición

Existe una serie de parámetros de la situación comunicativa que permite caracterizar al discurso explicativo-expositivo, los cuales pueden ser abordados a partir de las siguientes preguntas:

  1. ¿Quién explica y a quién?
  2. ¿Cómo se presenta lo que ofrece la explicación? ¿Qué autoriza su explicación?
  3. ¿Qué es lo que provoca la explicación?
  4. ¿Cuál es el referente de la explicación y qué es lo explicado de él?
  5. ¿Hay un pedido de explicación o se trata de una explicación autoformulada?
  6. ¿Cuál es la finalidad específica de la explicación?
  7. ¿Hay marcas lingüísticas que señalen el pasaje de la mención del referente a la explicación sobre el mismo?
  8. ¿Aparecen términos técnicos? ¿El discurso se vuelve más objetivo?
  9. ¿Se explica por medio de una narración, de una descripción, del despliegue de un razonamiento o de alguna otra forma?

Estos parámetros comunicacionales nos aportan criterios que nos permiten intentar una definición del discurso explicativo o expositivo. Según el criterio que se tenga en cuenta, el discurso explicativo-expositivo se puede definir de distintas formas, a saber:

  1. Según las funciones del lenguaje, se trata de un discurso en el que predomina la función informativa del lenguaje, ya que comunica conocimientos.
  2. Si se tiene en cuenta su finalidad, todo discurso explicativo-expositivo es un discurso dirigido a la comprensión de un tema específico, intentando aclararlo.
  3. Teniendo en consideración la relación establecida entre emisor - referente - receptor, el discurso explicativo-expositivo es un discurso producido por un emisor que posee un caudal de conocimientos sobre el referente que sabe o supone que el receptor no posee. (Es por eso que el emisor se propone explicar.) Así, se parte de una relación asimétrica entre emisor y receptor en cuanto al saber sobre un determinado referente, con la pretensión de establecer una relación de simetría respecto del referente.
  4. Según la actitud asumida por el receptor en la evaluación del discurso, el discurso explicativo-expositivo es un discurso que se legitima en función del reconocimiento del saber del emisor a partir de su eficacia explicativa.
  5. Asimismo, si tenemos en cuenta el referente del mensaje, todo discurso explicativo-expositivo toma como objeto temático aquello que se constituye como obstáculo para la interacción comunicacional.
  6. Según la estructura interna del texto, es un discurso de base textual expositiva dominante. Por otra parte, la explicación asumirá formas diferentes según el tipo de discurso en el cual se realice. Aunque se construya en relación al mismo referente, la explicación adoptará estrategias distintas según forme parte de un discurso religioso, literario o científico, según el destinatario de la explicación, según las restricciones de la situación comunicativa.

Cabe destacar que el discurso explicativo constituye un paréntesis en la interacción en curso dentro de un discurso mayor.

Formas explicativas

En todo texto explicativo aparecen algunas de las siguientes formas:

  1. Enumeración: Inventario de hechos, datos, objetos o rasgos, estilístico-temáticas).
  2. Descripción: Enumeración organizada, según un orden determinado(de mayor a menor, de arriba hacia abajo , de afuera hacia adentro, etc.), de los rasgos de un objeto que permiten distinguirlo de otros.
  3. Definición: Enunciado usado para indentificar los rasgos esenciales de un objeto, hecho , fenómeno, concepto,proceso,estilístico-temáticas).
  4. Clasificicación O taxonomía: agrupamiento de objetos, hechos, datos o conceptos, etc; En tipos según criterios determinados.
  5. Compración: Relajación entre dos o más objetos , datos , hechos o conceptos, etc; Que permite identificar semejanzas y/o diferencias y que se establece a través de sus componentes.
  6. Establecimiento de relaciones analógicas: Operación que se fluida en las semejanzas entre dos o más objetos, datos, hechos, conceptos o fenómenos por la que se concluye que los elementos semejantes tienen las mismas causas o las mismas consecuencias.
  7. Establecimiento de relaciones causa-efecto: Operación por la que se pone de manifiesto las causas o consecuencias de un fenómeno o hecho.

La definición

En cuanto a la definición, podemos hacer una clasificación, siguiendo a Copi, según dos criterios; El de tener en cuenta a los propósitos por los que se formula , y el de tener en cuenta las técnicas empleadas para su formulación

A) Si tenemos en cuenta los propósitos, obtendremos los siguientes tipos de definiciones, a saber:

  1. Estipulativas: se formulan con el fin de introducir términos nuevos.
  2. Lexicográficas: se formulan con el fin de eliminar la ambigüedad de un término o de enriquecer el vocabulario de la persona para la cual se la formula.
  3. Aclaratorias: se formulan con el fin de eliminar la vaguedad de un término dado.
  4. Teóricas: se formulan con el fin de dar una caracterización teóricamente adecuada o científicamente útil del objeto al cual deberá aplicarsele.
  5. Persuasivas: se formulan con el fin de influir en la actitud de los receptores de determinada manera, apelando al universo emotivo o valorativo de los mismos.

B) Si tenemos en cuenta las técnicas empleadas para su formulación, podemos clasificarlas en dos grandes grupos:

  1. Definiciones denotativas: se formulan teniendo en cuenta los objetos señalados por el término a definir (su extensión). Estas pueden ser de dos tipos:

    1. Por enumeración de ejemplos.
    2. Ostensivas o demostrativas (se define un término mostrando el objeto denotado por el mismo).
  2. Definiciones connotativas: se formulan teniendo en cuenta el significado del término a definir (su intención). Estas pueden ser de tres tipos:

    1. Por sinonimia: consisten en definir palabras aisladas dando otra palabra aislada que tenga el mismo significado (se usan en los diccionarios elementales en general y en los diccionarios destinados a explicar el significado de palabras extranjeras).
    2. Operacionales: consisten en definir un término aludiendo a las operaciones a las que puede aplicarse.
    3. Por género y diferencia: consisten en definir un término designando el género del cual sea una subclase la especie designada por el mismo e indicando la diferencia que la distingue de otras especies del mismo género.

La argumentación

Cotidianamente, en cualquier ámbito de actuación, se argumenta. Esta actividad comunicativa implica, en términos generales, una negociación: cada uno de los participantes debe colaborar para llegar a un término, aunque esto no siempre se logre. Casi siempre se argumenta para convencer al otro sobre un determinado punto de vista; esto establece roles específicos: un argumentador y un argumentario, agente y paciente respectivamente de esta actividad.

Se presume que existen condiciones innatas para la argumentación, pero la realidad muestra que no siempre esto es así. Lo argumentativo forma parte de numerosos discursos (la publicidad, artículos de fondo, monografías) y, aun cuando se dé como argumentación pura, no parece responder a modelos rígidos y muy pautados. También es cierto que es fundamental conocer la superestructura argumentativa, así como también algunos recursos habituales en este tipo de discurso, como la ejemplificación, la cita de autoridad, la generalización, etc.

Superestructura argumentativa

La organización secuencial de la argumentación es la más sencilla: establecida la proposición a partir de un problema o situación que se actualiza, se acumulan las pruebas (argumentos) para validarla. Por ello, cada secuencia argumentativa aparece marcada en la superficie textual por los conectores que señalan este avance: “en primer lugar”, “en segundo lugar”, “luego”, “después”, “por último”, “para concluir”, etc.

La argumentación dialéctica, también llamada argumentación por razonamiento, posee una estructura más rica y, por lo tanto, más complicada para la producción. En este tipo de argumentación, se advierten posiciones encontradas: el argumentador se opone a una tesis (tesis adversa) mediante su propia tesis. A lo largo de la argumentación, se exponen los argumentos de ambos puntos de vista; los razonamientos que son contrarios a su tesis (refutaciones) serán discutidos mediante las contra-refutaciones. Esto obliga al argumentador a buscar con justeza los argumentos que le permitirán discutir las pruebas de la posición adversa y demostrarlas. Toda argumentación parte de una proposición: declaración que puede ser creída, puesta en duda o refutada. La primera tarea del argumentador es lograr la formulación exacta de la proposición; hay que informar al interlocutor acerca del objeto de la argumentación. Normalmente, se aborda un problema a raíz de un suceso que lo actualiza o de una opinión común cuya validez se pone en duda. Para lograr una buena argumentación es necesario extraer el problema más general que plantea esa situación.

La segunda tarea que se debe imponer el argumentador es la de la organización de las ideas. Se debe prestar atención a las palabras o frases que guían al interlocutor en la elección propuesta por el emisor. Los procedimientos argumentativos más comunes son:

  • Desmentir: se descarta la validez de los argumentos contrarios, por ejemplo: “no se puede dar crédito a lo afirmado por…”, “contrariamente a lo expresado por…“.

  • Hacer concesiones: a veces, es más efectivo que rechazar de plano un argumento contrario, es reconocer en él alguna razón y objetar luego, por ejemplo: “si bien no le falta razón a…”, “sin embargo”, “aun admitiendo que…”, “no es menos cierto que…“.

  • Clarificar: se advierte un error en un argumento adverso, por ejemplo: “en cuanto al punto…”, “es razonable lo que se sostiene, pero no así en cuanto a su derivación…“.

  • Dar ejemplos: se pasa de las reflexiones generales a casos y situaciones particulares, por ejemplo: “veamos, por ejemplo, qué pasa en las instituciones…“.

  • Hesitar: el proyecto presenta ventajas y desventajas, se formulan las reservas y se llega a la conclusión, por ejemplo: “seguramente, otro ejemplo…”, “por cierto que…”, “bajo otro punto de vista… en definitiva”, “en resumen…“.

  • Cita de autoridad: consiste en sostener la hipótesis utilizando la palabra de alguien idóneo en la materia, por ejemplo: “según el sociólogo…“.

En la argumentación, existe generalmente un orden que determina su estructura. Las cuatro partes que deben disponerse en orden son las siguientes:

Sintesís de textos argumentativos

Los textos argumentativos presentan una dificultad particular para ser tomados como objeto de resumen. Respetar el orden expositivo del texto, que es una de las características definitorias del resumen, generalmente implica no poder reducir considerablemente su extensión.

Es por eso que, en el caso de textos argumentativos, resulta conveniente llevar a cabo otro tipo de operación: la síntesis. La síntesis consiste en exponer la estructura lógica de un texto original en un segundo texto sin necesidad de respetar el orden original de las macroproposiciones. En otras palabras, realizar una síntesis de un texto argumentativo implica explicar el razonamiento macroestructural de ese texto fuente en un segundo texto más breve.

Es importante recordar que las macroestructuras no tienen que estar explícitas en los textos, por lo que en la operación de síntesis a menudo es necesario recurrir a la construcción personal de enunciados que funcionen como macroestructuras.

En cuanto a la aplicación de las macrorreglas, es crucial tener en cuenta que, con el objetivo de reunir los argumentos macroproposicionales, la macrorregla de construcción será de mayor utilidad. Esta última permitirá agrupar los argumentos expuestos en la demostración y los datos de la exposición en una menor cantidad de argumentos.

Wells Chapel

(Capilla Wells)

En cierta ocasión, en la que una familia inglesa pasaba unas vacaciones en Escocia, en uno de sus paseos observaron una casita de campo que, de inmediato, les pareció cautivadora para su próximo veraneo. Indagaron quién era el dueño y resultó ser un pastor protestante, al que se dirigieron para pedirle que les mostrara la pequeña finca. El propietario les mostró la casita que tanto por su comodidad como por su estado, fue del agrado de la familia. Así, quedaron comprometidos para alquilarla en su próximo veraneo.

De regreso a Inglaterra, comenzaron a repasar detalle por detalle cada habitación, advirtiendo la esposa que no recordaba haber visto el W.C. (water closet - baño). Dada la practicidad de los ingleses, la señora decidió preguntarle por este servicio en los siguientes términos. “Estimado Pastor: Soy de la familia que hace unos pocos días visitó su finca, con deseos de alquilarla para nuestras próximas vacaciones, y como omitimos preguntarle un pequeño detalle, desearía que nos respondiera indicándonos donde queda el W.C.”

Finalizó la carta con las consideraciones correspondientes y la remitió al pastor escocés. Al abrir la carta y leerla, el pastor desconoció la abreviatura “W.C.”, pero creyendo que se trataba de la capilla en la que él predicaba, le envió como respuesta una carta del siguiente tenor:

“Estimada señora: Tengo el agrado de informarle que el lugar al que usted se refiere queda solo a 12 km. de la casa, lo cual es molesto, sobre todo si se tiene la costumbre de ir con frecuencia, pero algunas personas viajan a pie y otras en colectivo o automóvil.

Las comodidades con las que cuenta son las siguientes:

  • Hay lugar para 400 personas sentadas y 100 de pie.
  • Los asientos están forrados en terciopelo rojo.
  • Se dispone de aire acondicionado para evitar sofocaciones.

Se recomienda llegar temprano para obtener un lugar, ya que mi mujer, hace unos años, por llegar tarde, tuvo que soportar todo el acto de pie, razón por la cual dejé de utilizar este servicio.

Los niños se sientan todos juntos y cantan conformando un hermoso coro.

A la entrada se les entrega un papel a cada uno de los asistentes, y las personas que no llegan a la entrega pueden usar el de su compañero de asiento, pero al salir deben devolverlo para continuar dándole uso durante todo el mes.

Debo resaltar que todo lo depositado allí por los concurrentes será utilizado para alimentar a los pobres huérfanos del hospicio.

Hay también fotógrafos especialmente contratados para tomar fotografías de los concurrentes en grupo o en poses individuales, las cuales serán publicadas en la página social del diario local, así el público podrá conocer a las altas personalidades en actos tan humanos como este.

También el pastor se despidió cortésmente. La señora, al leer, estuvo a punto de desmayarse, pero comprendiendo el error, consideró de todas formas cambiar el lugar de veraneo.

No sea protagonista de un hecho como este,Asegurese de un lenguaje preciso

Disputa por señas

Romanos Caminando

Sucedió una vez que los romanos, quienes carecían de leyes para su gobierno, fueron a pedirlas a los griegos, que sí las tenían. Estos les respondieron que no merecían poseerlas, ni las podrían entender, puesto que su saber era tan escaso. Pero si insistían en conocer y usar estas leyes, antes les convenía disputar con sus sabios para ver si las entendían y merecían llevarlas. Dieron como excusa esta gentil respuesta. Respondieron los romanos que aceptaban de buen grado y firmaron un convenio para la controversia. Como no entendían sus respectivos lenguajes, acordaron que disputaran por señas y fijaron públicamente un día para su realización.

Los romanos quedaron muy preocupados, sin saber qué hacer, porque no eran letrados y temían el vasto saber de los doctores griegos. Así cavilaban cuando un ciudadano dijo que eligieran a un rústico y que hiciera con la mano las señas que Dios le diera a entender: fue un sabio consejo. Buscaron un rústico muy astuto y le dijeron: “Tenemos un convenio con los griegos para disputar por señas: pide lo que quieras y te lo daremos, socórrenos en esta lid”. Lo vistieron con muy ricos paños de gran valor, como si fuera doctor en filosofía. Subió a una alta cátedra y dijo con fanfarronería: “De hoy en más vengan los griegos con toda su porfía”.

Llegó allí un griego, doctor sobresaliente, alabado y escogido entre todos los griegos. Subió a otra cátedra, ante todo el pueblo reunido. Comenzaron sus señas como se había acordado. Se levantó el griego, sosegado, con calma, y mostró un dedo, el que está cerca del pulgar; luego se sentó en su mismo sitio. Se levantó el rústico, bravucón y con malas pulgas, mostró tres dedos tendidos hacia el griego, el pulgar y otros dos retenidos en forma de arpón y los otros encogidos. Se sentó el necio mirando sus vestiduras. Se levantó el griego, tendió la palma llana y se sentó luego plácidamente. Se levantó el rústico con su vana fantasía y con porfía mostró el puño cerrado. A todos los de Grecia dijo el sabio: “Los romanos merecen las leyes, no se las niego”. Se levantaron todos, en sosiego y paz. Gran honra proporcionó a Roma el rústico villano.

Preguntaron al griego qué fue lo que dijo por señas al romano y qué le respondió este. Dijo: “Yo dije que hay un Dios, el romano dijo que era uno en tres personas e hizo tal seña. Yo dije que todo estaba bajo su voluntad. Respondió que en su poder estábamos, y dijo verdad. Cuando vi que entendían y creían en la Trinidad, comprendí que merecían leyes certeras”. Preguntaron al rústico cuáles habían sido sus ocurrencias: “Me dijo que con un dedo me quebraría el ojo: tuve gran pesar e ira. Le respondí con saña, con cólera y con indignación que yo le quebraría, ante toda la gente, los ojos con dos dedos y los dientes con el pulgar. Me dijo después de esto que le prestara atención, que me daría tal palmada que los oídos me vibrarían. Yo le respondí que le daría tal puñetazo que en toda su vida no lograría vengarse. Cuando vio la pelea tan despareja dejé de amenazar a quien no le temía”. Por esto, dice la fábula de la sabia vieja: “No hay mala palabra si no es tomada a mal. Verdaderamente es bien dicha si fue bien entendida”.

El cautivo

En Junín o Tapaiqué refieren la historia. Un chico desapareció después de un malón; se dijo que habían robado los indios. Sus padres lo buscaron incansablemente; al cabo de los años, un hombre que venía de tierras lejanas habló de un niño de ojos celestes que bien podía ser su hijo.

Dieron por fin con él. La crónica ha perdido las circunstancias, y no quiero inventar lo que no sé, pero creyeron reconocerlo. El hombre, trabajando por el desierto y por la vida bárbara, ya no sabía oír las palabras de la lengua natal, pero se dejó conducir, indiferente y dócil, hasta la casa. Allí se detuvo, tal vez porque los otros se detuvieron. Miró la puerta, como sin entenderla. De pronto bajó la cabeza, gritó, atravesó corriendo el zaguán y los dos largos patios, y se metió en la cocina. Sin vacilar, hundió el brazo en la ennegrecida campana y sacó el cuchillito de mango que había escondido ahí cuando era niño. Los ojos le brillaron de alegría y los padres lloraron porque habían encontrado al hijo.

Acaso a este recuerdo siguieron otros, pero el indio no podía vivir entre paredes y un día fue a buscar su destino. Yo quisiera saber qué sintió en aquel instante de vértigo en el que el pasado y el presente se confundieron: yo quisiera saber si el hijo perdido renació y murió en aquel éxtasis o si alcanzó a reconocer, siquiera como una criatura o un perro, a los padres y a la casa.

Jorge Luis Borges

¿Se puede orientar la tecnologia?

Por Pablo Capanna

Al principio, no todas las locomotoras andaban sobre rieles. Entre 1820 y 1840, circuló por los caminos ingleses toda una variedad de locomotoras ruteras que transportaban carga y pasajeros. En la carretera París-Ruán, de 1884, el último ómnibus de vapor todavía compitió sin éxito con los motores de explosión, aunque se siguieron fabricando autos de vapor hasta 1926.

Alarmados por la presencia de esas humeantes aplanadoras que espantaban a los caballos y destrozaban los caminos, los legisladores británicos pensaron en frenar su difusión y no encontraron nada mejor que limitar su velocidad.

Votaron entonces la “Locomotive Act” de 1865, que restringía la circulación de locomotoras en las carreteras. La ley establecía que cada máquina a vapor debía tener por lo menos tres tripulantes, uno de los cuales debía adelantarse a pie agitando una bandera roja.

La intención de los legisladores era favorecer el ferrocarril, que prometía un tránsito más ordenado, aunque cabe pensar que más de uno tendría pensado invertir en el negocio ferroviario.

Los grandes avances tecnológicos que se vienen produciendo desde los últimos años han generado, en muchos casos, ambivalencia e incertidumbre en la sociedad. Preocupa la velocidad y la imprevisibilidad del cambio, especialmente cuando no se visualiza su dirección ni su intensidad. En esta entrega de Futuro, el filósofo argentino Pablo Capanna reflexiona sobre la tecnología y el poder: “¿Se puede controlar, o por lo menos orientar, la innovación tecnológica?” Reivindicando los aspectos positivos de la tecnología, propone discutir de forma crítica su relación con la sociedad.

La bandera roja

La ley de locomotoras logró frenar durante tres décadas el desarrollo del auto a vapor. Pero no solo favoreció el ferrocarril. También le dio un decisivo impulso al desarrollo del motor de explosión, que resultó más eficiente y más barato, de manera que los límites de velocidad se fueron extendiendo.

A fines del siglo 19, Benz, Daimer, y Peugeot ya fabricaban autos en pequeña escala. Una novela utópica de 1883 (The Diothas, de John Macnee) predecía el triunfo del auto en el siglo 20 e imaginaba los caminos señalizados de hoy , aunque solo se atrevía a pronosticar una velocidad de 30 Km/h.

En 1886, mientras un empleado de Edison llamado Henry Ford armaba su prototipo y comenzaba a soñar con la fabricación masiva, los legisladores británicos, procedieron a derogar la ley de la bandera roja. Quizá lo habrán hecho para evitar equívocos libertarios, lo cierto es que ya nadie la respetaba

El polvo del camino

Para 1908 cuando Ford ya estaba produciendo 10.000 autos por año, la Real Comisión del Automotor presentó un informe a la Corona británica donde señalaba como el principal problema planteado por los carruajes sin caballos el polvo que levantaban al rodar por los caminos.

Los expertos de la comisión, que sin duda, serían profesionales competentes, planteaban un problema que hoy nos parece irrisorio aunque en el contexto , del momento era bien concreto. Para superarlo surgieron nuevas tecnologías, como el neumático y los caminos asfaltados, que , a su vez, permitieron desarrollar mayores velocidades. Pero todavía no se pensaba en el monóxido de carbono.

Ford, el hombre que puso el auto al ancance de las masas, escribió que su propósito había sido permitirle a la gente que fuera al campo a disfrutar la vida al aire libre. Pero al ponera Norteamérica sobre ruedas, generó infernales problemas de tránsito, y a la carga, acabó por darnos, las autopistas, los moteles, las estaciones de servicio y otros engendros que colonoziaron el campo hasta volverlo irreconocible.

Cortázar lo comprobaría medio siglo más tarde, cuando hizo la experiencia de volverse “astronauta”, recorriendo a paso de tortuga un paso de autopista.

Los leyes de tránsito y las tecnologoías de seguridad surgieron a la saga de innovación. Al principio, no habia sido posible prever que el auto llegaría a ser la principal causa de mortalidad, que reformaría la planta de las ciudades y del estilo de vida de sus habitantes, incluyendo, por supuesto su salud.

Se diría que las leyes habían resultado inútiles, al intentar ponerle freno a un progreso inevitable. A lo sumo , lo habían desviado para acabar desviando las cosas.

Al fin y al cabo, lo que estaba en curso era nada menos que la primera revolución industrial y toda la experiencia del pasado se había vuelto inútil.

El alud del cambio

Según se cuenta, un oficial que presenciaba la primera prueba nuclear en Alamogordo (1945) habría exclamado: “¡Dios Mío!” !Estos melenudos(los fisicos) han perdido control! De hecho, las primeras impresiones de uno de los físicos responsables (OppenHeimer) tambien fueron bastante apocalípticas.

La energía nuclear fue, durante medio siglo, el mejor ejemplo de una tecnología temida, tanto por sus aplicaciones bélicas , que nos pusieron al borde del suicidio, como por las pacificas, que tampoco resultaron ser la penacea que prometían ser (en los años 50, el presidente norteamericano Eisenhower anunció que gracias a la generacion nuclear “la electricidad iba a ser tan barata que no valdria la pena cobrarla”).

Mejor recibidas fueron las telecomunicaciones, aunque nos dieron la globalización, que transformó dramáticamente la vida de muchos, y el auto particular, que provocó grandes entusiasmados, hasta que comenzamos a ver sus consecuencias indirectas.

En general, lo que provoca sentimientos ambivalentes no es la tecnología en sí, que nunca deja de ofrecer aspectos positivos. Lo que más preocupa es la velocidad y la imprevisibilidad del cambio, especialmente en cuanto nos vemos su dirección ni percibimos su intensidad. Y sobre todo, el temor a que se vuelva incontrolable.

Al tradicional “¿Que inventarán mañana?” de los Picapiedras, fiel expresiión, de ese asombro optimista propio de los años sesenta, han sucedido las agorerias provocadas por el descontrol de los sistemas técnicos y sus efectos no deseados: Chernobyl, los derrames de petróleo, los apagones, el agujero de ozono.

La actitud más generalizada combina tanto la inavitabilidad del cambio tecnológico, destinado fatalmente a transformar nuestras vidas, como la incertidumbre respecto de su confiabilidad últim. Parece inevitable que una innovación engrendre la siguiente, sin que nadie pueda controlar su aplicación.

De hecho, confiamos en que cualquier medicamente debe afrontar rigurosos controles experimentales antes de ser habilitado para la venta; El desastre de la taliomida en los sesenta nos ha enseñado mucho al respecto. Pero nadie ha testeado los efectos psicológicos de los videojuegos (hasta que los Pokémon provocaran algunos ataques epilépticos) ni los de la exposición al chateo o a la cibernavegación prolongada. ¿Qué decir de la clonación, o de los proyectos, por ahora utópicos, como la nanotecnología?

Hola me serviria si quisieran aportar con un pr… aun me queda mas de la mitad del contenido jeje, osino gracias por leer